¿A quién se le puede ocurrir regalar un almanaque impreso en pleno siglo XXI? Fácil: a los que quieren promocionar su empresa con un producto apetecido y económico. Sólo hay que saber cómo hacerlo de manera efectiva.
Desde la noche de los tiempos, el ser humano ha querido saber en qué época del año se encuentra. Civilizaciones antiguas como los aztecas y los mayas siguieron los ciclos de la luna y el sol, y los tradujeron en calendarios que les indicaban cuándo llegaba la época de sembrar o de recoger sus cosechas.
Hoy andamos en las mismas: queremos saber en qué día estamos, para cuándo quedó programada una cita, si el cumpleaños de este año cae entre semana, un sábado o un domingo... ¡Y hasta cuándo es el próximo puente para irnos de viaje!
Por eso un almanaque impreso siempre resulta útil. Algunos dirán: ¿Impreso? ¿En esta era digital, donde los smartphones incluyen su propio calendario? Es verdad que los dispositivos electrónicos cuentan con aplicaciones que permiten ver la fecha de cada día... Incluso la semana... Incluso el año. Pero, ¿lo ofrece a simple vista? ¿Sin ningún esfuerzo? ¿Sin tener que pasar pantallazos y pantallazos para encontrar el mes deseado? ¿El celular informa sobre festivos y ese puente tan anhelado? La respuesta es no.
De ahí que, a pesar de los avances tecnológicos, un calendario impreso siempre es bien recibido. Por Celinther Editores pasan cientos de personas, todas dueñas de celulares muy versátiles, que al recibir uno de nuestros almanaques suelen hacerlo con la misma respuesta: "Gracias, necesitaba uno de estos para mi casa o para mi oficina".
Si la gran mayoría de las personas desean un almanaque impreso para su hogar o su lugar de trabajo, es lógico pensar que esta es una excelente herramienta de mercadeo para promocionar una empresa. Sólo hay que pensarlo un momento: ¿Qué otro elemento permanece allí, ofreciendo información los 365 días del año, silencioso, sin molestar a nadie y sin necesidad de esfuerzos o conocimientos especiales para sacarle el mejor provecho? Y mejor aún: ¿A un precio más económico que otros regalos corporativos?
Pero atención: no todos los almanaques son efectivos. Ellos también tienen sus secretos para lograr el objetivo deseado. Aquí te compartimos algunos para que saques el mayor partido a los calendarios que obsequies a tus clientes.
1. Que sea bonito. Un buen diseño vale más que mil palabras. Al fin y al cabo quieres que les guste tanto a tus clientes, que no duden en pegarlo a la pared o ponerlo sobre su escritorio.
2. Que cuente tu historia. Por medio de sus textos e imágenes, el almanaque debe narrar la historia de tu marca o de la estrategia de mercadeo que deseas desarrollar frente a tus clientes.
3. Que tenga un tema. Ese tema es lo que los periodistas denominan "el enfoque de su artículo", o los diseñadores de interiores "el concepto de una habitación". ¿Cuál va a ser el tuyo? ¿La historia de las tractomulas porque vendes autopartes para este sector? ¿O quizás bebés adorables porque lo tuyo es la moda para niños de 0 meses a 3 años de edad?
4. Que tenga encanto. Ese no sé qué no sé donde, que capte la atención de inmediato y a medida que pase el tiempo. Quizás una fotografía espectacular, o un acabado llamativo, pueden ser elementos a tener en cuenta para tu almanaque.
5. Que tenga una edición minuciosa. Se debe revisar el calendario con lupa. Nada más desastroso que un almanaque con una fecha equivocada, o donde un festivo no se diferencia de los otros días con el color, o (¡horror de horrores!) que tenga un mes de febrero con 30 días.
6. Piensa más allá del papel. Hoy en día se puede imprimir sobre lo que sea: acrílico, madera, tela, cuero... El límite lo da tu imaginación. Entre más creativo sea tu almanaque, más efectivo será para tus propósitos.
Cumpliendo estos principios básicos, puedes tener la seguridad de que tu almanaque será un éxito y cumplirá el objetivo para el cual fue creado: servirle como herramienta de mercadeo a tu empresa, sea cual sea el sector en el que te desenvuelvas. Los almanaques son para todos.